jueves, 31 de octubre de 2024
miércoles, 30 de octubre de 2024
Una visión
domingo, 27 de octubre de 2024
Hechos de fragmentos
jueves, 24 de octubre de 2024
Evolución, progreso y crecimiento
martes, 24 de septiembre de 2024
Mi tatuaje más especial
"Los conjurados"
Este poema evoca la soledad, el pasado y el simbolismo profundo de la naturaleza, en especial la luna y las estrellas.
sábado, 21 de septiembre de 2024
Superposición cuántica: El Gato de Schrödinger
Schrödinger propone imaginar un gato dentro de una caja cerrada, donde hay un dispositivo que puede liberar veneno. El dispositivo está conectado a un átomo que tiene una probabilidad del 50% de desintegrarse en una hora. Si el átomo se desintegra, el veneno se libera y el gato muere. Si no se desintegra, el gato sigue vivo.
Según la mecánica cuántica, antes de abrir la caja y observar el estado del gato, el átomo está en una superposición de estados: tanto desintegrado como no desintegrado. Esto implica que, hasta que abramos la caja y observemos, el gato está en una superposición de "vivo y muerto" al mismo tiempo. Solo al observarlo se "decide" su estado: o está vivo, o está muerto, pero no ambas cosas.
En términos de la mecánica cuántica, antes de que abras el sobre, el dinero dentro está en una superposición de dos cantidades: es como si al mismo tiempo hubiera $10 y $100 en el sobre. Solo cuando lo abres, la cantidad se "decide", y descubres si tienes $10 o $100.
Hoy pensé en ti papá
Hoy en la mañana, al subir las persianas y notar el aire fresco pensé en mi padre. Recordé los tiempos en los que pasábamos varios días en el campo. La lluvia, el olor a barro mojado, el color verde intenso de los árboles, el sonido de un pequeño rio o de los pájaros cantando, son recuerdos valiosos.
¿Si prefiero el mar o el campo? Creo que ya conocen la respuesta.
A veces me pregunto quién será el amor de mi vida, pero en días como hoy, me doy cuenta de que ya lo sé: El amor de mi vida es mi padre.
Recuerdo cuando era niña, tendría unos seis años, y me quedaba en la ventana esperando ansiosa a que llegara del trabajo. En cuanto lo veía cruzar la puerta, corría hacia él para abrazarlo. Es uno de mis recuerdos más preciados de la infancia.
Sé que soy afortunada. Mis padres, tanto mi madre como mi padre, son grandes ejemplos para mí, y no solo para mí, también para los demás. Mi prima, que tiene 19 años, ya está en una relación y sueña con tener un amor como el de mis padres. Mi tía WilloW siempre ha visto a mi padre como un hermano o un segundo padre. Incluso, un amigo de mi hermano vino hace poco a mi casa para contarles sus buenas noticias a mis padres antes que a los suyos. Mis amigas solían acudir a mi madre para pedirle consejos sobre relaciones amorosas o sexuales. Y mi padre, en una ocasión, ayudó a una amiga mía a hacer la matrícula de la universidad. Son pequeñas cosas que muestran cuánto significan mis padres para los demás. No llevan una vida extraordinaria, pero quizás por eso siempre están disponibles para mí y para quienes los rodean.
La vida de mi padre no ha sido fácil. Su padre murió cuando él tenía trece años, y su madre enfermó cuando él era un adolescente. A los 16 años conoció a mi madre, y a los 22 le diagnosticaron cáncer de colon mientras estaba en la universidad. Hoy en día, es un milagro que siga con nosotros. Después de su recuperación, mis padres se casaron y, pocos años después, nació uno de mis hermanos. Tras dos embarazos ectópicos y una fractura de cadera de mi madre, decidieron adoptarme a mí y a mi hermano.
Lo que más admiro de mis padres es cómo siempre han priorizado la unión familiar y el amor en nuestro hogar. Para ellos, la familia ha sido lo más importante, incluso si eso significaba renunciar a grandes oportunidades. Recuerdo que mi padre rechazó una oferta para un prestigioso puesto de trabajo en Japón por cuatro años, y en otra ocasión, decidió pasar un verano conmigo, cuando llegué de acogida, en lugar de aprovechar un viaje a Argentina.
Esta entrada refleja de alguna manera una pequeña parte de mi historia, no sería nada sin ellos, me salvaron la vida, pero más bien considero de que me dieron la vida, una vida buena además de una buena vida, con grandes valores que a día de hoy atienden con cuidado. Y no menos importante, han generado en mi un gran deseo de futuro, crear una familia, un hogar.
Gracias mamá, gracias papá.